Autor: Jonatan Menor Baenas
La
psicooncología debe ocuparse no solo de la persona enferma sino también de la
familia.
La enfermedad
afecta a cada miembro de la familia emocionalmente, cognitivamente y en su
conducta en la rutina cotidiana, en los planes pare el futuro, significado
sobre uno mismo, sobre los demás e incluso al sentido de la vida. El cáncer
afecta profundamente no solo al sistema familiar por largos períodos en el
desarrollo y la calidad de vida de la persona enferma y en muchos caso, a nivel
estructural y dinámico del núcleo familiar.
El paciente con
diagnóstico oncológico puede pertenecer a una familia considerada funcional o
disfuncional pero generalmente a partir del contacto con la enfermedad aparecen
reacciones que varían desde inercia a parálisis hasta descontrol o
hiperactividad.
Se puede
describir el proceso de ajuste familiar frente al cáncer como un proceso
continuo, multi-complejo de un ciclo de cambios inesperados e incontrolados. La
enfermedad puede percibirse entonces como potencial de peligro de
desintegración o como oportunidad para el fortalecimiento de la familia.
Es más
importante para el paciente y su familia ver que la enfermedad no rompe
totalmente un hogar, ni priva
completamente a sus miembros de cualquier actividad placentera; más bien la
enfermedad puede permitir un cambio y un ajuste gradual.
Sabemos que la
resiliencia, se trata de la capacidad del ser humano para hacer frente a las
adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas.
También, quienes alguna vez hemos ahondado un poco en ella, podemos comentar
que tiene tres componentes esenciales que son: la noción de adversidad, trauma,
riesgo o amenaza al desarrollo humano, la adaptación positiva o superación de
la adversidad y el proceso que considera la dinámica entre mecanismos
emocionales, cognitivos y socioculturales que influyen sobre el desarrollo
humano.
Ante lo cuál una
propuesta de abordar la problemática es por medio de un marco de trabajo en la
resilencia familiar. Darle sentido a la
adversidad considerar la crisis como un desafío manejable, comprensible, con
sentido, es un trabajo familiar.
La unión hace fuerza!!
ResponderEliminarBuen artículo enorabuena
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