Autor: Mohamed Wahidi
Unos dicen que las redes sociales son fascinantes, necesarias e incluso
imprescindibles hoy en día. Otros las consideran, prescindibles, peligrosas y
hasta inútiles. Lo cierto es que desde que aparecen en Internet, el mundo ha
cambiado (y de qué forma…), y los cambios a veces cuesta asimilarlos o convivir
con ellos. Lo que sí está claro es que las redes sociales en cualquiera de sus
facetas o herramientas: Twitter, Facebook, WhatsApp, YouTube, creo yo, si no
se manejan con tiento y con algo de inteligencia y prudencia o crítica pueden
llevarnos a formar parte de una masa de borregos o una manada de seguidores
tipo fans extremos musicales sin criterio ni opinión, simplemente, transmisores
de cualquier noticia o comentario sin comprobación ni verificación.
Las redes sociales nos mantienen en contacto con la irrealidad del mundo real.
Con las redes sociales nos acercamos y participamos de la globalidad de hoy en
día, del minuto a minuto de lo que pasa o deja de pasar en el mundo, nos hace
permanecer durante mucho tiempo aislados y ajenos a lo que hasta hace poco
llamábamos relaciones sociales de antaño, las de siempre.
En las redes sociales cabe todo y de todo, puntos de vista encontrados,
opiniones absurdas, insultos y grotescas frases y hasta la más osada ignorancia
para intentar crear un mundo virtual creíble que nada tiene que ver con la
realidad. Todo ello aderezado con eso de más y más seguidores o followers o más
likes.
Las redes sociales son, en el fondo, un negocio de empresas y multinacionales
cuasi virtuales y lejanas de todos conocidas que buscan ganar dinero y hacernos
depender de ellas en cuanto a información y opinión.
No caigamos en la equivocación o paranoia de
creernos todo lo que dice y se comenta en las redes sociales, de entrar a
formar parte diaria de un mundo de clics de tráfico intenso y ventanas abiertas
y emergentes en continuo cambio de aquí para allá con pocos filtros y cada vez
menos educación y cultura. ¡Al loro!
interesante!!
ResponderEliminar