Los aditivos en la alimentación



Autor: David Fernández Ibañez

Los aditivos son sustancias químicas, su función, favorecer al máximo al alimento durante su producción, preparado, envasado y almacenado, beneficiándolos en su sabor (potenciándolo) y seguridad. Un aditivo para su uso, debe de estar regulado y demostrado sin sufrir error alguno.

En la Unión Europea, el Comité Científico para la alimentación humana (SCF), evalúa el compuesto, según afecte a las personas y animales, a partir de las estadísticas alimenticias. Un aditivo conlleva añadir una cantidad  máxima,  aun sabiendo que algunas sustancias son inocuas, incluso en grandes cantidades, la legislación no aprueba una doble dosis de uso.



Algunos tipos de aditivos químicos:

Ácido ascórbico (E300)
Es un antioxidante que impide que al entrar en contacto con el aire y eviten que sean rancios, se decoloren o coloren. Se usan en los alimente horneados (pan, bollería...) en cereales, aderezos para ensaladas, frutas y verduras, es también conocido como la vitamina C.


Nitrito de sodio (E250)
Previenen y retrasan la aparición de microorganismos (bacterias o moho, por ejemplo) que estén en los alimentos o accedan a ellos evitando ser estropeados o a modo de toxina. Se usan en vinos, carnes curadas, zumos de frutas… Se utiliza en abundancia. El Nitrato de Sodio (E250) contiene sodio, oxígeno y nitrógeno. 
Cura la carne y pescado en salazón, para conservar sus propiedades  y mantener su color.



Lecitina (E322)
Los emulsionantes y estabilizantes hacen que los ingredientes que habitualmente no se mezcla, porque no son solubles, como el agua y la grasa, no solo lo hagan, sino que además se mantengan mezclados. Son indispensables no solo en la mayoría de las salsas, sino también en muchos alimentos bajos en grasas, que de otro modo no podrían mantener su textura hasta el momento de ser consumidos. 



La Lecitina (E322) es uno de los emulsionantes, un lípido de forma natural en algunos productos vegetales (soja o girasol) y animales (como la leche o la yema de huevo).
Algunos de estos químicos pueden encontrarse de forma natural en algunos alimentos y, por supuesto, puede llegar a ser beneficiosos o perjudiciales para la salud. La legislación actúa sobre casos donde doblan la dosis o la manipulan negativamente. En definitiva sería aconsejable revisar las etiquetas de aquellos productos que se consumen para informarse de  los compuestos químicos que se le ha añadido al alimento.


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